El impacto de los endulzantes artificiales en el envejecimiento cerebral
Un estudio reciente publicado en Neurology rastreó a más de 12 700 adultos durante unos ocho años y descubrió que quienes consumían más edulcorantes artificiales como aspartame, sacarina, acesulfame K, eritritol, sorbitol o xilitol experimentaban un deterioro cognitivo un 62 % más rápido, equivalente a un envejecimiento cerebral aproximado de 1,6 años más rápido que quienes consumían menos.
Tryners
5/8/20241 min read
¿Pueden los edulcorantes artificiales acelerar el envejecimiento cerebral?
Un estudio reciente publicado en Neurology examinó a 12,772 adultos brasileños durante ocho años y encontró que quienes consumían cantidades elevadas de edulcorantes artificiales experimentaban un deterioro cognitivo hasta un 62 % más rápido, lo que equivale a envejecer cerebralmente 1,6 años adicionales comparado con quienes tenían un consumo bajo.


¿Qué edulcorantes fueron evaluados?
Se analizaron siete compuestos presentes en alimentos ultraprocesados (como yogures “light”, bebidas dietéticas o postres bajos en calorías):
Aspartame
Sacarina
Acesulfame-K
Eritritol
Sorbitol
Xilitol
Tagatose (natural)
Todos mostraron relación con el deterioro cognitivo, excepto la tagatose.
A quiénes les afectó más:
Personas menores de 60 años: el vínculo fue especialmente notorio en este grupo, a diferencia de los mayores de 60.
Pacientes con diabetes: mostraron una mayor vulnerabilidad, especialmente en memoria y habilidades cognitivas generales.
¿Por qué podría existir esta relación?
Aunque el estudio es observacional y no establece causalidad, distintas hipótesis apuntan a posibles mecanismos:
Neuroinflamación y daño neuronal.
Alteraciones en la microbiota intestinal que afectan el eje intestino-cerebro.
Falta de aporte de glucosa real, ya que el cerebro necesita azúcar real para funcionar, y los edulcorantes artificiales no la proporcionan.
Consideraciones importantes:
No hay evidencia de causalidad directa por ser un estudio observacional.
Uso individual de cuestionarios alimentarios y seguimiento limitado pueden generar sesgos.
Se recomendó seguir investigando, incluyendo estudios con neuroimagen para comprobar efectos estructurales en el cerebro.
Recomendaciones prácticas:
Para quienes consumen con frecuencia estos edulcorantes, especialmente menores de 60 o con diabetes:
Reducir el consumo al mínimo o evitar el uso diario.
Apostar por alternativas naturales como miel, jarabe de arce, stevia o frutas enteras.
Seguir hábitos saludables globales: dieta equilibrada, ejercicio, sueño reparador y gestión del estrés.